Camille Bruyas ha recorrido un largo camino, pero así es el ultratrail. Hay que recorrer un largo camino, superar obstáculos y seguir adelante, sin importar los altibajos.
Desde sus inicios, esta saboyana de adopción destacó por su fulgurante ascenso, salpicado de victorias y podios en carreras tan míticas como la UTMB, la Diagonale des Fous, la Hardrock o la SaintéLyon. Lo que vino después fue más delicado: Camille Bruyas lo pasó mal. Durante dos años. La culpa fue de una lesión, y luego de una recaída. Pero poco a poco, perfectamente rodeada y apostando más que nunca por escucharse a sí misma, se reconstruyó. Entre el trail y el yoga, supo encontrar su equilibrio. Creyó en ello, sin rendirse nunca, hasta cruzar, por segunda vez, la línea de meta de la carrera más grande del mundo, la UTMB, en segunda posición.
Su capacidad de recuperación es un ejemplo y su filosofía una fuente de inspiración que en Sidas estamos orgullosos de apoyar. Conoce a esta ultracorredora que demuestra que hay otro camino hacia el rendimiento, a través de 10 preguntas.
VOLVER DESDE LEJOS
Por segunda vez en tu carrera, después de 2022, has terminado segunda en la UTMB 2025. Un resultado magnífico visto desde fuera. Pero tú, ¿cómo lo percibes? ¿Ser dos veces «Poulidor» es una frustración o una satisfacción?
Para mí, ¡es una victoria total! Estoy muy satisfecha con mi carrera y con la forma en que he gestionado mi temporada, hasta ahora muy compleja. Próximamente se emitirá un reportaje de Intérieur Sport que repasa toda mi temporada, y podrán ver todas las dificultades por las que pasé en 2025. Tuve que volver a operarme tras la recaída de una lesión arterial que ya había sufrido hace dos años. Así que tomé la salida del UTMB con mucho temor por los posibles dolores, pero con relativa confianza en mi forma física. He recorrido un largo camino, y eso ha multiplicado por diez la satisfacción al cruzar la línea de meta. (Un momento de reflexión) Más allá del simple resultado, el desarrollo de la carrera, con condiciones dantescas y esa batalla a tres bandas por la victoria final, fue increíble de vivir desde dentro y, sin duda, aumentó mi felicidad. También creo que Ruth Croft estaba mentalmente más preparada que yo para ganar. Estaba más decidida. Yo no estaba dispuesta a jugármelo todo a una carta, aun a riesgo de perderlo todo. Es difícil poner en peligro tu segundo puesto para intentar alcanzar el primero cuando una vocecita interior te dice: «¡Ya es genial lo que estás haciendo!».
«He recorrido un largo camino, y eso sin duda multiplicó por diez la satisfacción al cruzar la línea de meta».
¿Cómo se construyó tu éxito en este UTMB? ¿Cuáles fueron los elementos clave, antes y durante la carrera, que te llevaron a este logro?
En la fase previa, diría en primer lugar que supe rodearme bien. Las personas con las que me relaciono a diario siempre me han apoyado al 1000 %. He pasado apuros durante casi dos años, pero la llama de su confianza nunca ha vacilado. Siempre han creído en mí. Me han ayudado a mantener el rumbo, incluso cuando el barco se balanceaba en aguas turbulentas. Además, he confiado en mí mismo. Escuché a mi cuerpo y a mis deseos. Antes del UTMB, por ejemplo, no me inscribí en ninguna carrera de preparación, porque prefería hacer un FKT, el «14 x 2000», en Les Bauges. No me dejé influir por lo que hacen los demás o por lo que se suele hacer. Encontré lo que me funcionaba en ese momento. Además, más concretamente, en los entrenamientos, centré mi preparación en ritmos más rápidos y recorrí caminos que se parecían más específicamente a los del UTMB. Por último, desde un punto de vista puramente estratégico, opté por una salida prudente. Pasé en 15.ª posición por la primera cima, el Col de Voza, pero no me alarmé. No quería arriesgar mis posibilidades con una salida demasiado rápida.
«No me dejé influir por lo que hacen los demás o por lo que se suele hacer. Encontré lo que me funcionaba en ese momento concreto».
¿Qué te han enseñado los momentos de duda que has atravesado en los últimos dos años? ¿Has podido plasmarlo en forma de energía positiva durante el UTMB?
¡Sí! Cuando vuelves de lejos, en cierto modo, ¡llegas con impulso! (Sonrisa) Diría que he desarrollado un desapego increíble por la competición. «Solo es trail», y no es una frase hecha: estoy profundamente convencida de ello. Mi vida ya es genial, está llena, y considero que lo que me puede pasar en una carrera es un magnífico extra. Además, disfruto simplemente corriendo, sin aprensión y sin dolor: cuando todo va bien, tenemos la mala costumbre de olvidar que es una suerte. Haber superado obstáculos multiplica tu resiliencia, pero sobre todo te anima a disfrutar del momento presente. Percibes las cosas de otra manera. Te empuja a ver los imprevistos de una forma aún más positiva. Sigues adelante. Crees en ello. (Un momento de reflexión). Siempre hay que creer en ello.
«Solo es trail», y no es una frase hecha: estoy profundamente convencida de ello. »
¿Puedes contarnos las emociones que sentiste en los últimos kilómetros y una vez cruzada la línea de meta?
En ese momento, estaba tan cansada que no conseguí sentir ninguna emoción. O quizá era incapaz de identificarlas. Las emociones llegan después. Cuando te recuperas un poco y te das cuenta de lo que acaba de pasar. En los días posteriores a la carrera, por primera vez, sentí un verdadero orgullo. Me decía: «¡Estoy orgullosa de esto!». El ambiente era completamente loco, mucho más que cuando quedé segunda por primera vez, en 2021. Me sentí impulsada por un fervor popular increíble: era la atleta que los numerosos aficionados franceses presentes querían ver brillar. Me gritaban: «¡Vamos, Francia!». Fue una experiencia maravillosa.
«Me gritaban: «¡Vamos, Francia!». Fue una experiencia maravillosa».